martes, 18 de diciembre de 2012

Dichosas Pascuas

Era la Navidad de los niños que corrían agitados por el cielo, pues el Ángel mayor les otorgó la venia de visitar a sus terrenales padres...

Y al llegar, en mis ojos brillaba el destino del nostálgico recuerdo...

Era una fría Navidad, mi madre llorosa cerró esa puerta. ¡Clac!, y ese sonido cercó para siempre el calvario de mi existencia.

Papá nos reunió a los tres, nos dijo que esa noche nos pintaría la Luna de Navidad y nos abrazó para hacernos sentir la paz de su amor.

En sus ojos baila el miedo, abraza al hijo entre el invierno, ya no ve el faro que conocía y debajo del puente brilla la Navidad del cielo.

La vida fue y vino, de nuevo era Navidad… y solo era un anónimo en el apartamento, con un corazón vacío.

En esa fecha especial fui al parque a visitar aquel columpio, el más preciado regalo que mis padres me daban cada Navidad.

Siempre obvié la Navidad y, hoy que ya no existo, la extraño para compartir con los que más amo.

Llora en Navidad, los visitantes se marchan luego de pasar el día con él, ahora solo, se queda con las rosas que puso su hijo en la lápida.

Será una Navidad sin ti, amigo, donde el recuerdo de las polvorientas muchachadas hará muy triste el año por venir.

Llovía, me sentí culpable, salí a la calle y le llamé, volvimos a casa juntos. Dije Feliz Navidad, dándole su galleta de hueso. 




Gracias a la "Academia de Escritores" por seleccionar este último tweet entre los 20 mejores microcuentos de la 1ra Edición del Concurso Internacional de Microcuentos Navideños.

Tweet Cuento: (Historias en 140 caracteres)
Tweets @garlakat 



sábado, 1 de diciembre de 2012

Castillos en el aire

Conversa con el cómplice silencio que sembramos en aquel café de siempre,
que conoce nuestras huellas y ventila nuestro atortolado aliento
donde la nostalgia huele a grano tostado y a pan recién horneado.

¿¡Recuerdas!? Cuando el jolgorio nos invadía y los demás miraban a las cabras
Eran los chistes más tontos de los inocentes enamorados;
el par de sillas y la mesa prometían guardar el eterno secreto de lo ingenuo.

¡Espérame allí!,  donde tu mano era el ardiente horno de mi invierno…
pegadita al vidrio en el que escribías nuestros nombres con un simple hálito,
y sonreías al contemplar a los niños jugando con la blanca y perezosa nieve.

¡Yo llegaré!, no existe ninguna borrasca que detenga mis pasos.
Pide otro café en esa ansiada espera para avivar el corazón del espíritu,
cierra los ojos y bordea esa taza con un juego de nuestros viciosos labios.

¡La paciencia!, sé que no es tu más clara virtud en el convenio del amor…,
pero prueba ese dulce de chocolate que tiene contenida mis miradas por ti
y descubre en ese mágico adentro lo que mi alma deja de decir.

¡Unos minutos nada más!, no tardaré en estar allí junto a ti;
no puedo extraviarme en las montañas pues ese olor me llama:
pan recién horneado, cafecito caliente y el calor de tu abrigo aguardando por mí.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Amor imposible

Déjame un beso, Eloísa; seré Abelardo, el amante…
Déjame ser tu espada, ese filo que atraviesa la injusticia.
Déjame ser tu siervo pues eres la emperatriz de mi corazón.
Déjame tomar tu inocencia como el hombro se la hurta al águila.
Déjame palpar tus pechos, esa ubre que en la maduración genera la vida.
Déjame correr tras tu aliento, ese vapor que baña en cura mis heridas.
Déjame volar en tus brazos, esos que como remos abarcaron mi dicha.
Déjame renunciar a ti pues el eterno tiempo te reclama en vida.
Déjame gritar tu nombre, que cabalgue mi eco a tu monte.
Déjame que te hable con las palabras que inventé desde que eres hábito.
Déjame ir hasta ti, tal vez así mi existencia tenga sentido.
Déjame que te recuerde, así  el cofre de los afectos no se sienta tan solitario.
Déjame inundar tu vida con la savia que brota de mi desesperada concha.
Déjame amarte con el puro amor que germina de un niño.
Déjame raptarte así la ciega venganza me apoque.
Déjame ser tus lágrimas, esas que descalzas corren por tu suave piel.
Déjame descansar contigo en los jardines del eviterno beso.


viernes, 28 de septiembre de 2012

Rasgo final

Tus labios son mis jardines donde podo con besos tus nacientes pétalos.
Eres un amor prohibido y eso le provee demencia a mis infieles pecados.
Fecha a día; lamo tus lágrimas como un perrito fiel que malgastó su hueso.

Estoy pactando con las promesas en la cornisa del deudor.
Voy adueñarme de tu corazón; si él se descuida un poquito nada más,
usaré el camuflaje dependiendo de la sembrada alfombra del trecho.

Prolongaré hacia  adelante como un cangrejo azul colmado de ilusiones.
Emplearé las provistas pinzas como sigilosos remos que bailan esperanzas
y te raptaré montada en un caballito de fuego, custodiada de peces y gaviotas.

Espero que vengas, porque si no desataré mi furia para herir al silencio
y apedrearé el tiempo hasta ultimar su transparente e impenetrable cuerpo
para así condenarme al irreversible huerco del desamor.



martes, 31 de julio de 2012

Materia de alquiler

   Sus extremidades la acompañan por inercia. En un conflicto humano se arrastran desoladas por el convulsionado boulevard de Sabana Grande. Un tanto desaliñada, y con el largo cabello cundido de salinas lágrimas de ayer, profesa a los cuatro vientos que azufre y fuego la devastan dulcemente por dentro como si viviese los últimos instantes de una ardida Sodoma. En su mediana existencia ha procurado ser fuerte como un alcornoque y está segura de que aguantará el terremoto hasta evidenciar, por sí misma, que cualquier esperanza está aniquilada. Llega al restaurante donde el encuentro la espera; ordena de inmediato un negro café y un insípido vaso de agua.
   Mientras se maquilla para tratar de ocultar un alma casi vencida, su remota naturaleza mental gestiona vueltas y ese andamiaje abstracto es vapuleado como bolos azotados por una pesada esfera de boliche. Sentada, con las piernas cruzadas, suspira, transpira y, de tanto temblar como una poseída, la mesa se estremece con una de sus huesudas rodillas. Se aproxima el camarero y, con curiosidad, le pregunta: "Señora, ¿se encuentra usted bien?". Ella asienta con la cabeza y pasa su lápiz labial como un rojo asfalto por sus cuarteados labios, mientras el mesero coloca lo ordenado y se retira sin más.
   Ya presentada como una reina, emprende a beber el ya frío café que, adormece más el huérfano palacete de su atribulado adentro. Más calmada, presta suma atención, que la concurrencia a su rededor no le parezca tan fachosa y de malos propósitos. Entonces, en lo oculto del bolso ojea los malévolos verdes y con dedos ágiles efectúa el recuento en su interior para confirmar que la cifra es la mitad de lo correcto. Saca un cigarrillo y lo enciende; arremolina el humo en su entorno y se acerca el mesero para anunciarle que en ese sitio está prohibido fumar.    
   Apenas arribó ayer en la mañana al Aeropuerto Internacional de Maiquetía… y el cerrado cielo ya le pronosticaba uno de los más infames días de su vida. ¡Al fin!, horas después de haber pisado tierras venezolanas, conoció a la lozana Rebeca y no en las mejores circunstancias que hubiese soñado, ya que su prima mayor, Regina, relegando lo humano, fue tajante y de dura convicción ¡…! En la corta espera ha invitado a tres cafés para que consuman el tiempo por ella. A la distancia nota que se avecina una pareja sexagenaria; se levanta para recibirlos con una nerviosa sonrisa que, suspiraría por estar ausente:
—¡Buenos días, primos!
   Les va a estampar un beso y la emperifollada Regina, de inmediato, la esquiva para reiterar:
—Ten claro algo Romina, ¡que no vinimos hasta aquí!, para recordar viejos tiempos. ¿Sabes muy bien a que…?
—Los entiendo, ¡¿pero quién me comprende a mí?! Me hubiese complacido que estuviese Rebeca…
   Acorde con su elegante traje, Félix la corta de manera amable:
—Entendemos que fue un extenuado viaje, ¡que vienes de muy lejos!, pero desde el principio tú aceptaste las condiciones del negocio, y con respecto a…
Interrumpe Regina anunciándole con brío:
—¡Te puedo jurar que no la verás más!; resuelve con nosotros este desagradable asunto, ¡y punto!
   La prima menor introduce la mano en el bolso y masculla cautivando la oscilación:
—¡Aquí tengo el dinero!, bueno…, la mitad..., ¡pero luego… les pagaré completo!
   El refinado hombre desea entrar en los cauces de la claridad:
—Ya la situación no trata de algo económico. Es que desde hace unas horas acabas de perturbar nuestras vidas, la de todos…
—¡Hablemos claro, prima!
—¡Es así!, —asegura con énfasis Romina—, ¡somos la misma sangre…!
—¡Lo somos!, —subraya Regina—, ¡pero hasta ahí!, ese es el límite…
   Romina principia a sudar frío como si el alma se le escapara de un revoltoso cajón del cuerpo; saborea el poquito de agua que resta en el vaso y sonríe con los bordes temblorosos que han manchado de púrpura el cilíndrico vidrio y, en lo sumiso, emite:
—Yo únicamente deseo estar cerca, ¡no les molestaré…!
—Y nosotros solo queremos que te vuelvas a la Argentina y nos olvides; ¡eres joven aún!, puedes casarte, tener tus hijos, tu casa y establecer un hogar de nuevo…
   Con los humores retenidos, la prima, un tanto alterada, saca el dinero y lo coloca en la mesa para comenzar a contarlo…, cuenta, cuenta y cuenta en voz alta sin parar. En ese minuto, Félix la ase delicadamente por las manos, coge el papel moneda, se lo mete de nuevo en la cartera y le expresa:
—¡Entiéndelo, prima!, esto no se trata de una compensación económica…
—¡Y, de paso! —En la evocación apunta Regina—, eso no fue lo que pagamos en aquel tiempo…
—¡Sí, sí, lo sé! Estoy consciente de eso, pero son diez mil dólares… ¡La otra mitad la conseguiré y prometo dárselas!
   Regina, ya con la piel roja de carne hirviendo, absorbe aire, y le advierte como si la vida fuese objeto de una cláusula: 
—Te denunciaremos a la policía si te acercas a nosotros o a nuestra casa. Hicimos un pacto de nunca más hablar de aquello, ni mencionarlo siquiera, ¡y lo cumpliremos!…, cueste lo que cueste.
—Deseo estar muerta antes de volverme sola al sur; no pueden someterme a esto, yo cometí un error y lo he pagado todos estos años en el callado exilio de la Patagonia
   Regina se pone de pie y en un gesto le solicita a Félix que haga lo mismo; él se topa con sentimientos encontrados, pero con arresto se levanta. Y la prima, de súbito, les cuenta lo que sabe:
—Rebeca me informó ayer que piensan irse definitivamente a Canadá…
   Con un pequeño golpe sobre la mesa, Regina, enfurecida, retorna a su silla y le da un ultimátum:
—¡Lo sabes todo! Pues sí, nos largamos de Caracas… Y si continúas acosándonos, ¡soy capaz hasta de matarte!…
   Félix toma asiento y, en la sensatez, le ruega a las dos que se calmen. Regina lo mira expulsando coraje y le señala:
—¡Ahora!, ¿de qué bando eres?... ¡¿Avísame si no fue solo semen lo que le entregaste?! 
—¡Por favor, Regina!..., ¡no se trata de un trofeo!, no se trata de qué lado sé esté. —
Sutilmente la coge de la mano—. Hablamos de una vida humana que ni siquiera está presente ¡y, de paso!, envuelve con una sábana las nuestras…
—¡También es la mía…!
—¡¿Ahora?! ¿Por qué?, cuando en ese tiempo te pusimos en la palma de la mano los veinte mil dólares estabas muy sonriente…
—Vendí mi cuerpo, lo sé…, era una codiciosa mezclando la inmadurez. Tú sabes que solo tenía veinte años… y ustedes, en la razón, se aprovecharon de eso…
—¡Por favor, prima!, ahora eres inocente del pecado…
   Guardan silencio por unos minutos y Regina intenta manejar la situación:
—Vamos a hacer un trato, ¡llévate los diez mil dólares!, para que sigas tu vida y hablamos en un futuro de esto, ¿te parece…?
—¡Pues no!, anhelo estar a su lado. Todos estos años han sido un suplicio para mí, he vivido coleccionando lamentos…
—¡No nos pongamos viscerales!, porque los hechos hablan por sí solos… No le has suministrado nada en todos estos años…
—¡¿Eso… crees?!, pues le proveí lo más importante: ¡la vida!…
—¡Qué ligereza! ¡¿Llamas vida a la transacción que costó veinte mil dólares!?
—Pues ese óvulo era parte de mí y abrigo la necesidad de estar cerca, y ¡ustedes no me lo pueden negar…! —Apela a la sensibilidad del caballero presente—. Tú eres diferente, Félix, eres su verdadero padre, ¡y yo su legítima madre…!
   Félix recurre al bloqueo mental para no ser atacado por la angustia que se debate entre el raciocinio y el egoísmo.
—Tienes razón; yo no soy la madre biológica de Rebeca, pero soy la que tomó en alquiler tu vientre… Ayer nos estropeaste parte de la felicidad que tuvimos durante quince años, pero con tu confesión a Rebeca…, nos libraste de ese compromiso. ¡Eso se le pasará!, pues nosotros somos sus verdaderos padres y eso es lo que cuenta…
   La irritada Regina se pone de pie y Félix hace lo propio detrás de ella; la prima menor revienta en llanto en un estrés de secuelas emocionales y rodea con los brazos a su consanguínea, pero ésta, convertida en un glacial, no le corresponde al apretón:
—¡Por favor!, déjenme estar cerca de ella, ¡solo eso!… Les doy mi palabra de no quitárselas…
—Seguramente es tu misma palabra de hace quince años. —En lo mordaz acentúa Regina—, es muy tarde para reflexiones, ¡vamos Félix…!
   Romina, descorazonada y sin arreglo previo, extravía la noción del tiempo y el espacio, se le estruja como una sanguijuela a Regina y, con la ayuda de Félix, ésta se la quita de encima. La prima menor toma su bolso y como una desquiciada le empieza a contar el dinero mientras los persigue. Félix, presuroso, detiene un taxi y se suben en él como pueden, y se alejan de la zona. En tanto, la que se queda, entre alaridos de desespero, cae al suelo y contempla cómo se desvanece el vehículo que transporta para siempre, su arrendada alma de madre…


martes, 5 de junio de 2012

Tripulantes del barco azul

En la parte más desconocida del infinito océano
las fuertes corrientes nos arrastran
cual inmensos ríos submarinos,
parecemos una ola abrazando el mar.
Embalados en neopreno y mágicas caretas de mariposas
inventamos nuestro reino debajo de aguas añiles y saladas,
te abrazo para mostrarte el bosque de mi alma
y nos besamos en lo eterno respirando adentro.
Explorando un oasis subacuático y sereno
la fotografía digital envidia nuestras pupilas,
al avanzar aleteando entre refulgentes escamas
y llegamos a regiones profundas y pintorescas.
Acaricio tu cabello de una medusa sin veneno,
buceamos ávidos buscando desafiantes,
los naufragios de los corazones errantes
en un universo totalmente nuevo.
El agua nos revela secretos mientras exploramos sitios
del pasado y presente,
y entre canteras y arrecifes, veo criaturas sorprendentes
en esta geometría tridimensional.                            
Los misterios y la belleza del mundo acuático
son una eyaculación de mi viva imaginación
escrita en un poema de aguas abiertas
donde deseo habitar dentro de ellas…,
¡para contemplar el mar!…
besando el sol con sabor a durazno
y alzar un refugio en el celeste,
de cálidos paisajes coralígenos.

martes, 22 de mayo de 2012

La cena


   Se ampara en el camuflaje que presta una noche de luna nueva, sigiloso…, envanecido a pulmón lleno, entra a la granja pasando obstáculos con añadida destreza. Consigue, entre el fosco ramaje, llegar cerca del granero y husmea lo que puede. Untado en la confianza del descuido, prueba el tóxico alimento que el granjero había regado temprano en el lugar y, al rebasar el tejadillo, involuntariamente comienza a restregarse violentamente contra el verde césped y en esa oscuridad detrás de la verja del granero; cuatro ojos impacientes prestan atención a esas convulsiones; ¡cómo se revuelca ese cuerpo sobre el suelo!… su alma mansamente pierde el vuelo para perecer en la tierra. Los dos especímenes escondidos saborean lo que podría ser un banquete de varios días y el compinche de tonalidades llamativas observa aquel felpudo rabo puntiagudo ya inmóvil y, con su garra, le requiere al otro: “Anda tú y chequea que ya esté frío”. El minino de color negro, disiente asustado con la cabeza “que el no irá”. Entonces, el de las coquetas coberteras se aproxima en un revoloteo y aterriza sobre el inerte moteado de dos metros de longitud, y emprende a picotear esa tibia y lustrosa masa manchada de rosetas. Con su inocente canto nocturno, llama a su compañero al festín: “¡Acércate a la cena…, gato cobarde!”.




viernes, 11 de mayo de 2012

El concierto de las alondras

Ahora tengo los domingos para ti
con un largo pasillo de lamentos.

Mi mejor camisa me la he puesto para visitarte
y ni siquiera imagino que me ves por una hendidura.

Llevo ternuras blancas en la mano para una novia
¡sí!, esa enamorada que me desnudó al mundo.

Mi corazón se acelera al saber de su cercanía y,
el taxi se detiene, ¡y yo! bajo para encontrarte donde siempre.

Respiro profundo para alejar la nostalgia
y contemplo la viviente paz del lugar.

Trepo la empedrada calle anegada de llorosas pisadas
bajo el techo de la protección de los verdes robles.

¡Llego!, me arrodillo en las trincheras del recuerdo
donde las balas no rozan el perdón.

Coloco las flores en la verde hierba
y recito la oración que me enseñaste.

Cierro los ojos y toco mis mejillas
añorando tus callosas manos sobre mí.

Corro las cortinas para contemplarte en el patio
cuando tendías mis gastadas franelas al Sol.

Y por la noche con la luz de la Luna
impregnabas fragmentos de historias a mi almohada.

¡Y yo!, sólo pendiente de escaparme al juego
y la vida me regaló más ocasiones junto a ti.

¡Pero yo!, poco a poco aprendí en el errado camino
a lamer las mieles del que cree que todo es eterno.

 


miércoles, 2 de mayo de 2012

Como un amartelado adéfago

Con mis gruesas manos arrancaría de raíz tus largos cabellos
para improvisar un eterno lazo color borgoña en mi corazón.
Con mis enlutadas uñas trazaría surcos en tu delicada frente
para encontrarte en los mil caminos granas que gorgotea la vida.
Con mis olientes secreciones taponaría mis orificios nasales
para no permitir escapar tu postrimera hedentina de carne rosada.
Con mis dilatadas pupilas te inventaría una espaciosa jaula
para confinarte y tenerte siempre a la vista del glauco paisaje.
Con mi enorme boca te succionaría hacia enigmas insondables
en un breve momento de furor engendrada por la púrpura pasión.
Con un agudo grito digerido en la entrañas, te reventaría el tímpano
para que en ese vaivén sólo te acuerdes de mi garza y expresiva voz.
Con mi musculosa lengua confeccionaría un nudo intrincado a la tuya
para que mis almagrados belfos por siempre besen los tuyos.
Con mis dedos encarcelaría en un fortín tus silvestres ubres
donde no exista el rescate en ese marengo presidio animal.
Con mis brazos sería una medusa gigante de los bravíos océanos
constriñéndote entre cristalinos tentáculos hasta exprimir tu última gota.
Con mi natural apéndice pringaría toda tu piel de enzimas
para conquistar con miel el vestíbulo mayor y menor hasta llegar al monte.
Con mis antropófagos dientes, en un mordisco amoroso,
deglutiría tus rojos entresijos para reposar eternamente juntos. 

viernes, 20 de abril de 2012

El regalo


Paso a recogerla a su colegio y cuando me reconoce, no puede aguantar en sus ojos el contento que desparrama como la miel. Entre cosquilleos y mimos la llevo al carro, y le insto a que revise en la cajuela…: hay un paquete con un lazo rosado y, desesperada, lo despedaza por todos  lados y saca la máscara con la que ha soñado este último año. Observa la funda que cargo en la cintura, pero me le adelanto y le subrayo que eso sí no llegará, y que hoy me acompañará a trabajar, pero sin arma… Refunfuñando, acepta.

Minificción 100 palabras

Inspirado en un tweet de
@Minirelatos Es el día de llevar al hijo al trabajo. El padre le pasa la máscara a la niña, se pone la de él y entran al banco pistolas en mano. #MiCto

martes, 10 de abril de 2012

Lecho nupcial

Quiero que me digas que me quieres,
que deseas mis recónditos deseos
todo lo que abarque claro y oscuro
la locura de mi hechura y mi mente.
Enamorar es un precipicio, amar es más allá…
pero ser seducido para ser amado
es sentir en la esencia un eterno ósculo
recorriendo la absoluta infinitud.
Acunarte entre mis fuertes remos
es el suspiro de mi brioso aliento
darte abrigo comprende mi pensamiento
mientras alunados corremos por el campo
rastreando los quiméricos pétalos
que harán robles nuestros sentimientos.
Jugueteando en el lecho conyugal
te desayuno a besos, ¡te unto en mermelada!,
de piña como te gusta…
y tú meriendas con tus labios
y tu húmeda lengua,
mi excitado continente                 
salpicado en helado de chocolate.
                                                                       

domingo, 25 de marzo de 2012

Merluza submarina

Atravieso la puerta y me encuentro flotando en un cosmos titilante.
Ya las placas de plomo que astringían mi espalda y pecho son de algodón.
Mi máscara observa la superficie de la luna en el fondo del océano,
inhalo aire en un embriagado silbido y… ¡aleteo entre la espuma!
Me sumerjo en la silente habitación y paso el cerrojo de mi mundo
y en esa inmersión encuentro la libertad de la ingravidez,
mientras las brillantes escamas se hunden en el abismo oceánico.
¡Giro sobre mi humano eje!, y tardíamente me percato…,
en un acelerado movimiento perpetuo y pulsátil,
la hipnótica perspectiva desconcierta a la razón, ¡al no poder controlar!,   
esas paredes concebidas por los espasmos de la sensibilidad
que maquinan el efecto de habitar en una infinita burbuja de cristal.
Mi mente proyecta sucesivos cantos de mi hermoso pez doncella,
…mi nacida estrella, mi estrella flechada y mi eternal estrella más amada…
La fauna marina merodea entre frágiles y vitales bosques tropicales,
algas salobres y caballitos de fuego sitian el concierto del minuto
sentados en primera fila e inmóviles esperan a la orquesta de Morfeo.
¡Confuso!, me pellizco la mejilla y noto la húmeda cama de arena
en la médula de ese abismo donde sueña la luna fragmentando la nada
y, en el origen de ese vasto lecho, encuentro el amor a colores,
la amante de mis sueños, la pasión de mi aliento, la nodriza de mi ser…
En un estado de pleno deleite visual, llegan vagabundos marinos al palco;
retozan delfines moteados y el pez vela cambia de librea,
mientras en el prado de hierba submarina juegan peces castañuelas
sin remilgo alguno; el pulpo se arrellana en la barrera de coral
y las medusas, en la masa invisible, diseñan el espacio sideral;
entonces satisfago quitarme el peso y nadar al natural
para encontrarme flotando en medio de lo que más quiero:
la beso rodeada de lirios bajo una rama de muérdago… ¡Oh, sueño!
Con mis manos acaricio su negro cabello y lo baño en sal,
su boca es hidromel en tinta de calamar
y sus profundos ojos orbitan en paz.
Mimo su cuello con saliva del mar,
avanzo y avanzo, y sus pechos logro aprisionar.
Los encarcelo entre mis dedos y…
¡gime de pasión!…, ¡suspira en ardor!…, ¡gime de efusión!
Mi lengua recorre el cordón umbilical,
juego en ese hoyo como una lúbrica anguila,
disfrutando de la miel en el sitio sin bordes.
Tortugas marinas, esponjas, cangrejos de mar…,
encuentro olisqueando en esos montes y valles.
Intento compartir el aire regulador con los peces
dando un toque irreal a la abrupta orografía
de esta borrachera submarina
congelada en la sonrisa de un tiburón.

sábado, 17 de marzo de 2012

Concierto de huidas


No es querer quererte en este concierto de huidas.

Siéntate… ¡no te vayas! Te prometo desgarrar mi ánima y entregártela.

¡No te vayas! Eres los caminos que no he recorrido; eres el verso que no he soñado; eres la razón de estar vivo; eres el beso que dice amor.

¡No te vayas! Eres la compañía de mi silencio; eres el ave que me guía; eres la aventura que colma mis afectos; eres la voz que abriga mi esencia.

¡No te vayas! Haré de tu presencia una delicia de existir; pondré en tu cabello rosas del corazón; correré por tu campo como un niño tremendo…

… ¡Pero no te vayas! Cautivaré el Sol y la Luna para ti; sombrearé en el cielo los te quiero; reconciliaré tus lágrimas con besos de risas.

Te suplico, ¡no te vayas!, o mis heridas penarán en las eviternas paredes.

No me despojes más y devuélveme mis contentos.

Me rabian los días al pensar que olvidaste mi amor en cualquier vil callejón de la vida.

Mi sombra le cuenta al día las historias que vivimos, aquellos golpes de pasión que nos unieron en aquellas frías madrugadas.

… El sol golpeó mi rostro; ¡me hizo despertar!; porque tú sacudiste mi alma; y así corra detrás de ella; jamás podré alcanzarla para consolarla.

Tweet Poema: (Poemas en 140 caracteres)
Tweets @garlakat 

jueves, 8 de marzo de 2012

Dentelladas


Lo siento tanto…, ella sólo tenía esos frágiles cuatro años de edad; era mi amiguita, ¡lo juro! No sé cómo perdí el control, ¡tan sólo me quitó la pelota!, pero mis primitivas neuronas se transformaron en colmillos que se le encajaban salvajemente por la tierna carne y su sangre caliente bullía mi hocico. Cuando ya no existía ese diminuto rostro, y encontrándome en el mayor éxtasis, sentí una aguja clavarse en mi cuello, mansamente fui perdiendo la noción del tiempo. Ahora he despertado y me encuentro detrás de estos barrotes, inmovilizado, permanezco echado esperando el turno para el sacrificio…

martes, 28 de febrero de 2012

Polución nocturna

Esta noche salvaje la encapsulamos     
en cada gota de sudor de nuestros cuerpos
como un baño en perfume de sentimientos
le guardamos en lo profundo del te quiero.
La negrura bañó nuestros continentes
con su aire de extensión ilimitada
nos extasiamos en el virus de los fluidos
que brotaron de lo natural.                                                                   
Penetrando el infinito de los sentidos
adyacentes a tu respirar de mariposa
llamaradas de aire que evocan
el vaivén ardiente de los cuerpos.
Quedamos exhaustos de placer
y los sentimientos no huyeron a tal juego
se quedaron a acompañarnos
para volar en lo mágico de las emociones.
En la briosa corrida nos estrechamos
siendo un solo elemento…,
¡tuyo mi corazón!,
¡tuyo todo mi amor! 


"Una noche inolvidable"
Comienza el Ciclo 2012

Con  el actor CARLOS FERNÁNDEZ
y la voz con perfume de mujer de ADRIANA VALOR

SÁBADO 3 de Marzo 21 a 24 hs (hora de Buenos Aires)
PROGRAMA 1255 - 12* AÑO EN EL AIRE  

en vivo por:  WWW.RADIOLAQUEBRADA.COM.AR
 unanocheinolvidable@gmail.com

 POETAS INTERPRETADOS: 
Jorge L.Borges - Julio Cortazar - Pablo Neruda - Bertold Brecht - Jose A. Buesa - Mario Benedetti - Cesar Vallejo - Federico Garcia Lorca - Reinaldo Bustillo Cuevas - Tina Gomez Garcia - Joaquin Garcia (Quinomata) - Sibilla Aleramo - Garla Kat - Victor Sentires - Pablo Ruiz Baena - Rolando Gabrielli - Ana L.Montoya Rendon - Pilar Barron Tello - Audroc - Rosenna - Juan Disante - Ignacio Giancaspro - Edgardo Minniti Morgan - Amalia Lateano - Nora Lanzieri - Alejandro Szarcman

PASAJEROS INVITADOS: 
Los artistas plásticos Beatriz Calzetta (Argentina)
Carlos Peña ( Chile)

LOS MIÉRCOLES Y JUEVES 21 hs (hora de México) – ARCANO RADIO presenta
CARLOS FERNÁNDEZ en "UNA NOCHE INOLVIDABLE" y "UN TANGO EN LA QUEBRADA
www.arcanoradio.com -  asociada a Radio Naciones Unidas y a Radio Francia Internacional 

Colabora con la producción: Andrea Fernández Valor

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...